
Divino y Justo Juez de vivos y muertos,
 Eterno sol de justicia.
 Encarnado en el casto vientre de la Virgen María.
 Por la salud del linaje humano.
 Justo Juez.
 Creador del cielo y de la tierra.
 Y muerto en la cruz por mi amor.
 Tú, que fuiste envuelto en un sudario.
 Y puesto en un sepulcro del que al tercer día resucitaste.
Vencedor de la muerte y del infierno.
 Justo y Divino Juez, oye mis súplicas.
 Atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones.
 Y dales favorable despacho.
 Tu voz imperiosa serenaba las tempestades.
 Sanaba a los enfermos.
