Sapientísimo niño Jesús de atocha,
general protector de todos los hombres,
general amparo de los desvalidos,
médico divino de cualquier enfermedad.
poderosísimo niño, yo te saludo,
yo te alabo en este día y te ofrezco estos tres padrenuestros,
en memoria de aquella jornada que hiciste,
encarnado en las purísimas entrañas de tu amabilísima madre,
desde aquella ciudad santa de Jerusalén hasta llegar a belén.
Por dichos recuerdos que hago en este día
te pido me concedas lo que suplico...