Jesucristo,
danos una República Dominicana
que pueda amar
a todos sin excluir a nadie.
Que pueda diferenciar
la verdad del error,
lo bueno de lo malo.
Jesucristo, llévanos a construir una
no sobre el miedo de las armas,
sino sobre el amor.
Ayúdanos señor,
a librarnos de políticos corruptos
que matan a la patria
llenándola de pobreza.
Aparta de nosotros Jesucristo
a los dirigentes de ambiciones desmedidas,
los que despilfarran los bienes del país
para vivir ellos en una irritante ostentación.
Te pedimos señor...