Tú que fuiste hombre de carácter y ambicioso,
ayúdanos a ser fuertes en la fe
y en ambicionar los bienes del cielo
Tú, el primero en derramar la sangre por Cristo,
ayúdanos con más radicalidad,
a volcarnos por el Evangelio
Tú, predilecto del Señor,
enséñanos a vivir más unidos a El.
Tu, que valientemente te acercaste hasta España,
empújanos para llevar el mensaje de salvación
a todos los rincones de nuestra patria.
Tú, que en el camino hacia el corazón de los hombres,
encontraste la ayuda prodigiosa de Santa María,
que sea Ella, también, el pilar para fortalecer nuestra fe.
Tú, que te aventuraste a sembrar en el final de la tierra,
haz que no tengamos miedo
para seguir siendo portadores y anunciadores de Cristo.
Tú que dejaste caer la semilla en el surco de nuestra tierra
sé nuestro patrón para desarrollar y dejar
la huella de Jesús en los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Tú, que en el Campo de las Estrellas de Galicia
sigues brillando con singular fuerza...