¡Glorioso San Juan de la Cruz,
Verdadero modelo de inocencia y penitencia!
Yo os felicito por la victoria que alcanzasteis
Sobre vuestros enemigos
Y por la gloria, grandeza y poder de que gozáis,
Reformador de la orden carmelitana,
Reformad mi alma, llena de miserias,
Haciendo que conozca lo perecedero de este mundo,
Para despreciarlo,
Y lo sólido y constante de la virtud,
Para amarla.
Consejero íntimo de santa teresa de Jesús,
Inducid mi espíritu a que constantemente busque
Y alegremente abrace la perfección cristiana,
Para que, si un día, preguntado por Dios,
Que es lo que quiero por mis trabajos,
Pueda responder, como vos respondisteis:
Señor, padecer y ser despreciado por vos.
Glorioso San Juan de la Cruz