Señor Jesús,
Crea con tu sangre una barrera a mí alrededor
Contra todo engaño satánico,
en particular contra toda impureza
que quiera invadir y dominar mi mente,
o que ya lo haya hecho.
Confío en el poder de la preciosa
sangre que derramaste por mi redención.
Se que es más poderosa que
toda influencia satánica que me asedie.
Tu sangre me da la fuerza para resistir
todas las seducciones pornográficas y satánicas,
y también para evitar programas de televisión,
producciones teatrales o cinematográficas,
literatura o música que contenga tales cosas.
Renuncio a toda tentación de Satanás
que me haga rebelar contra tus mandamientos.
Renuncio a la libertad de pecar, tal como se me ofrece.
Renuncio a los sentimientos impuros que brotan de mí.
Renuncio a todo tipo de trato con lo oculto...
aquello que me lleva a entrar en
contacto con las fuerzas demoníacas.
Decido no tener nada que ver con lo oculto.
Por mí fuiste crucificado y
te levantaste de la muerte en victoria.
¡He sido redimido! Tú pagaste el precio.
Por tu nombre santo,
Señor Jesucristo
destruye en mí toda disposición
a acceder a lo que es inmoral y de origen satánico.
Por medio de tu sangre preciosa
me has dado un nuevo corazón
que es atraído por todo lo que es puro,
divino, amable y bueno.
He sido redimido para mostrar tu imagen.
Satanás tiene que irse con sus engaños!
El ha sido juzgado y está condenado.
El ha perdido todo derecho sobre mí.
Amén.
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