¡Oh gloriosísimo padre mío San Pascual!
que cuando eras un sencillo pastorcito
a Dios glorificabas con sacrificios y mortificaciones
y en el campo te arrodillabas con devoción
para adorar desde la lejanía la Sagrada Eucaristía;
que cuando fuiste religioso
aceptabas los trabajos más serviles
y de día y noche orabas con los brazos en cruz
ante el Sagrario, y ante Jesús y María,
obtenme, por favor, que yo también sea humilde como tu
para llegar a conseguir la perfección cristiana.
Oh gloriosísimo padre mío San Pascual
que inflamado por un inmenso amor a Dios
siempre estabas alabando su misericordia y bondad,
que tanto afán tenias en entregarte y ayudar al prójimo
que acudías a socorrer a todo el que tuviera necesidad,
al que algo precisara, ya fuera espiritual o corporal,
que consolabas a los afligidos
y te dolías de sus penalidades,
dándoles todo lo que tenias,
incluso tu vestimenta y tu propio alimento,
te pido me pongas desde este día bajo tu patrocinio,
te suplico que te compadezcas de mis penas
y que mediante tu santa intercesión
me socorras en esta desesperada situación:
(Hacer tu Petición).
San Pascual glorioso,
tú que ganaste tu puesto en el cielo,
por la sencillez y humildad de tu alma,
y que en la tierra fuiste honrado por el Señor,
que hizo glorioso y venerado tu nombre,
por tantos milagros y prodigios que obraste,
no desoigas las suplicas que con mayor fervor te hago;
también quiero que me consigas que jamás ofenda a Dios,
para que libre de toda culpa,
viva siempre encendido en la caridad de Dios, y el prójimo,
y así pueda obtener la salud eterna de mi alma.
Amén.
Ruega por nosotros San Pascual,
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