
Apóstol gloriosísimo de Nuestro Señor Jesucristo,
 aclamado por los fieles con el dulce 
título de Abogado de los Casos Desesperados,
 hazme sentir tu poderosa intercesión 
aliviando la gravísima necesidad en que me encuentro. 
Por el estrecho parentesco que te hace
 primo hermano de Nuestro Señor Jesucristo,
 por la privaciones y
fatigas que por El sufriste,
fatigas que por El sufriste,
 por el heroico martirio
que aceptaste gustoso por su amor,
que aceptaste gustoso por su amor,
por la promesa que el divino Salvador 
hizo a Santa Brígida de consolar a los fieles
 que acudiesen a tu poderosa intercesión,
obtenme del Dios.
obtenme del Dios.