Santísima Virgen de los Pobres,
Madre de Dios y nuestra:
Yo aunque indigno pecador
Postrado a vuestros pies
En presencia de dios omnipotente
Os ofrezco este, mi corazón,
Con todos sus afectos.
A vos lo consagro, y quiero,
Que sea siempre vuestro
Y de vuestro hijo Jesús.
Aceptad esta humilde oferta
Vos que siempre habéis sido
La auxiliadora del pueblo cristiano.
Oh maría, refugio de los atribulados,
Consuelo de los afligidos,