Utilizando la meditación del Padrenuestro.
Padrenuestro que estas en el cielo.
Te ruego humildemente, eterno, benigno,
Misericordioso Padre,
Que perdones a las pobres almas
Que tú mismo has acogido como criaturas tuyas,
A pesar de que ellas no te han amado
Si no te han rechazado,
Y no te han rendido el honor que te es debido.
En expiación y penitencia,
Te ofrezco en sacrificio todo el amor,
Y la bondad de tu amadísimo hijo,
Y señor nuestro Jesucristo.
Santificado sea tu nombre.
Te ruego humildemente,
Eterno, benigno, misericordioso Padre,
Que perdones a las pobres almas
Que no han glorificado tu santo nombre,
Y que con frecuencia lo han pronunciado
Indignamente y con ligereza.
En expiación y penitencia
Te ofrezco en sacrificio todas las enseñanzas
Con las cuales tu amadísimo hijo y señor nuestro Jesucristo
Ha glorificado en la Tierra tu santo nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Te ruego humildemente,
Eterno, benigno, misericordioso Padre,
Que perdones a las pobres almas,
Que no han anhelado con amor ardiente
Y con inmenso deseo tu santo reino.
Por esos muchos pecados,
Te ofrezco en sacrificio el poderoso,
Deseo de tu amadísimo hijo y señor nuestro Jesucristo,
Con el cual Él desea que todos sean acogidos,
En tu santo reino.
Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Te ruego humildemente, eterno,
Benigno, misericordioso Padre,